Para el helado:
Para el caramelo:
Para las almendras garrapiñadas:
Para las almendras
1. Verter las almendras, el agua y el azúcar en un cazo. Colocar sobre el fuego y cocinar removiendo de vez en cuando con una cuchara de madera.
2. Cuando se haya consumido parte del agua y las burbujas sean densas y grandes, apartar el cazo del fuego y seguir removiendo con la cuchara hasta que queden sueltas y envueltas por una capa blanca.
3. Colocar de nuevo sobre el fuego y caramelizar rápidamente, para conseguir una capa fina marrón y crujiente.
4. Volcar las almendras en una bandeja, extenderlas bien y dejar enfriar.
Para el helado
1. Verter el azúcar en un cazo y agregar el agua. Hervir a fuego medio sin remover hasta que el azúcar se disuelva y luego seguir cociendo hasta obtener un caramelo rubio.
2. Retirar del fuego y añadir la nata poco a poco. Remover hasta que se incorpore y agregar la mantequilla. Seguir removiendo hasta obtener una salsa lisa.
3. Mezclar la leche, la leche condensada y la vainilla en un cazo. Calentar al fuego sin que llegue a hervir, hasta que al introducir una cuchara esta quede napada.
4. Retirar del fuego, añadir las yemas batidas, remover y cocer unos instantes hasta que la crema tengo un poco de consistencia (no debe hervir). Dejar enfriar y mezclar con la nata restante.
5. Verter la mitad de la mezcla en un molde alargado de silicona, introducir en el congelador y congelar 1 hora.
6. Retirar y añadir la mitad del caramelo, la mitad de las almendras troceadas y espolvorear con la sal. Verter el resto de la mezcla de helado y repetir la operación con más caramelo, las almendras y más sal. Congelar unas 4-5 horas.
7. Desmoldar, repartir más caramelo y almendras por encima y dejar reposar unos 10-15 minutos antes de servir.