Si hay un postre cuyo aroma queda grabado en la mente de todos, son las natillas. Una sencilla crema elaborada con los ingredientes básicos de tu despensa dulce: leche, azúcar y huevos.
El secreto para que aprecies todos los matices de tus natillas es servirlas a la temperatura adecuada, por ello nuestro consejo es no tomarlas recién sacadas del frigorífico.
Las natillas se han perfumado tradicionalmente con canela, vainilla o piel de limón. Hoy queremos proponerte que ese toque especial se lo des endulzándolas con azúcar moreno, les aporta un tono tostado delicioso.
En la elaboración de natillas para 4 ó 6 personas necesitas:
Para comenzar, calienta en un cazo amplio y a fuego medio: la leche, el azúcar blanco, la rama de canela y la cáscara de limón. Entretanto, bate las yemas de huevo con la maicena y las dos cucharadas de leche y resérvalo.
Cuando la leche esté a punto de hervir, retira el cazo del fuego y quita la canela y el limón. A continuación, vuelca la leche sobre las yemas sin dejar de remover.
Sólo te queda volver a poner la mezcla al fuego y dejar que cueza durante unos minutos moviéndola constantemente. Cuando veas que espesa ligeramente, reparte tus natillas en varios cuencos y deja que enfríen a temperatura ambiente.
A la hora de servirlas echa una pizca de azúcar moreno en cada recipiente.
En nuestra imagen puedes ver las natillas decoradas con pétalos de caléndula, una flor comestible, y acompañadas por unas galletas de jengibre.
*Si quieres sorprender a tus invitados te animamos a que hagas unas filigranas de caramelo para decorar tus natillas…
¡Sencillo y muy atractivo!