La muselina, además de una fina y transparente tela, también se refiere en cocina a una salsa o crema suave y ligera, que se puede elaborar tanto en recetas saladas como dulces.
Acaba tus cenas con una muselina de pistacho: un postre ligero y muy suave lleno de sofisticación.
El ingrediente principal de la receta es el pistacho, un fruto originario de Siria y Asia Menor, y lleno de virtudes, ya que además de su alto contenido en fibra y energía, es rico en proteínas y en minerales como fósforo, potasio, azufre y hierro.
En la elaboración de la muselina de pistachos para 4 ó 6 personas necesitas:
En primer lugar, elige 4 ó 6 moldes individuales, pásalos por agua e introdúcelos en el congelador para que se enfríen.
Por otro lado, pon las láminas de gelatina en agua fría para que se hidraten.
En un cazo, añade 3 cucharadas de nata líquida y reserva.
En paralelo, monta el resto de la nata, batiendo con el azúcar glace hasta que la mezcla adquiera volumen y densidad.
Después, saca las láminas de gelatina del agua y escúrrelas bien.
Añade las láminas de gelatina al cazo con la nata líquida y calienta al baño maría. Una vez se ha fundido la gelatina completamente, retira del fuego y deja que atempere.
Muele los pistachos muy finamente y mezcla con el queso crema.
Con la ayuda de una cuchara y haciendo movimientos suaves, incorpora la preparación de los pistachos y el queso crema a la nata con la gelatina y a la nata montada.
*La nata montada, al añadirla al resto de ingredientes, bajará un poco su volumen.
Más tarde, saca los moldes del frigorífico y rellénalos con la muselina.
Reserva en el frigorífico hasta que se endurezca.
Pasa el exterior de los moldes por agua para poder desmoldarlos.
Por último, sirve con abundante ralladura de naranja y frutas rojas.